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Tendencias tecnológicas en Protección Contra Incendios en 2025 y su impacto en mantenimiento

El sector de la protección contra incendios (PCI) está atravesando una transformación profunda impulsada por la digitalización, la conectividad y la evolución normativa. Tecnologías como los dispositivos visuales de alarma (VAD), la telegestión, los transmisores conectados o los detectores multisensor están cambiando no solo cómo se diseñan los sistemas PCI, sino también cómo se mantienen. En este artículo analizamos las principales tendencias tecnológicas y cómo están redefiniendo el papel del mantenedor en 2025.
July 30, 2025

Evolución del sector PCI en 2025

El mantenimiento de los sistemas PCI está viviendo una transformación estructural en España. En lugar de limitarse a tareas programadas o reactivas, las empresas mantenedoras se están viendo cada vez más implicadas en la supervisión continua, la interpretación de datos y la adaptación a nuevos dispositivos que exigen revisiones más completas y documentadas. Esta evolución responde a múltiples factores: la presión normativa, las exigencias de trazabilidad y los avances tecnológicos que permiten una gestión remota, inmediata y eficiente de los sistemas.

Una buena muestra de este cambio es el Estudio de Mercado de la Detección de Incendios 2024 de Tecnifuego, publicado recientemente, que muestra un crecimiento sin precedentes en la implantación de dispositivos visuales de alarma (VAD) y transmisores conectados a CRA. En conjunto, se consolida una tendencia imparable hacia la digitalización del mantenimiento PCI.

Tendencias tecnológicas en PCI: por qué es importante para los mantenedores estar al día

Para los mantenedores, conocer las tendencias tecnológicas no es una cuestión teórica, sino una necesidad operativa. Cada nueva tecnología que se implanta modifica las tareas a realizar, los procedimientos de verificación y los perfiles técnicos necesarios. Desde alarmas visuales hasta detectores multisensoriales, pasando por plataformas de supervisión remota, cada innovación implica nuevos retos (y oportunidades) en el día a día del mantenedor.

Además, muchas de estas tecnologías están directamente relacionadas con el cumplimiento normativo. Ignorarlas o no prepararse para su correcta implantación puede suponer incumplimientos en las inspecciones o una pérdida de competitividad frente a otras empresas más adaptadas al nuevo contexto. Conocerlas es, por tanto, clave para prestar un servicio de calidad, seguro y actualizado a 2025.

Hablar de tendencias tecnológicas en PCI es hablar de supervivencia profesional. Las empresas mantenedoras se enfrentan a nuevas exigencias: cumplimiento normativo reforzado (como el RIPCI o el RSCIEI), necesidad de trazabilidad, cobertura inclusiva de las alarmas y optimización de recursos. La tecnología no solo responde a estas demandas: las anticipa.

Dispositivos visuales de alarmas (VAD): hacia una señalización más inclusiva

Los VAD, o dispositivos visuales de alarma, ya no son un extra opcional. Son obligatorios en muchos casos según el RIPCI y el Código Técnico de la Edificación (CTE): entornos con ruido ambiente superior a 60 dB(A), presencia de personas con discapacidad auditiva o simplemente cuando lo exige el diseño del edificio. La norma UNE-EN 54-23 establece los criterios técnicos y de marcado CE necesarios.

Para los mantenedores, esto significa revisar destellos, visibilidad, ubicación y frecuencia según normativa. Además, muchos VAD son dispositivos combinados óptico-acústicos, lo que exige comprobar ambos efectos. De esta manera, la revisión se vuelve más completa y crítica. 

Consulta información más detallada en nuestro artículo Dispositivos visuales de alarma (VAD): qué son y cómo impactan en el mantenimiento PCI.

Transmisores de alarma y conectividad con centros de monitoreo remoto

Desde 2021, el uso de transmisores de alarma que comunican directamente con CRA (Centrales Receptoras de Alarmas) o con servicios de mantenimiento se ha disparado. Esta tecnología, regulada por la norma UNE-EN 54-21, es ya común en instalaciones industriales, logísticas y edificios de oficinas.

Conectividad en PCI: cómo afecta al mantenimiento contraincendios

Cada vez más sistemas PCI están conectados 24/7. Esto significa que los fallos, suciedad en detectores, pérdidas de comunicación o fallos de alimentación pueden notificarse en tiempo real. Para los mantenedores, esto representa un cambio radical: se pasa del mantenimiento periódico al mantenimiento supervisado en continuo. Se amplía la responsabilidad técnica y se requiere control sobre los canales de comunicación (GSM, IP, backup, etc.).

Telegestión y mantenimiento remoto: el salto digital definitivo

La telegestión permite a los mantenedores acceder al Sistema de Detección y Alarmas de Incendios (SDAI) desde una plataforma online, con acciones como:

  • Comprobación del estado de detectores y zonas
  • Reseteo de alarmas
  • Inhibición temporal de zonas
  • Análisis del histórico de eventos

El RIPCI contempla la gestión remota como una práctica válida (Anexo II, punto 10), siempre que se garantice que no afecta la eficacia del sistema local y que se realiza por empresa habilitada.

Para las empresas mantenedoras, esto significa menos desplazamientos, mayor capacidad de diagnóstico, trazabilidad digital y preparación para un futuro basado en datos. 

Lee nuestro artículo completo sobre telegestión y mantenimiento remoto.

Sistemas de detección inalámbricos: flexibilidad en instalación y mantenimiento

Los sistemas inalámbricos certificados por la norma UNE-EN 54-25 han supuesto un gran avance en el sector PCI. Permiten instalar sistemas de detección contra incendios sin necesidad de cableado, lo que reduce tiempos de ejecución y minimiza la afectación a la infraestructura existente. Esto resulta especialmente útil en edificios históricos donde no es posible abrir rozas, en espacios temporales como ferias o eventos y en ampliaciones de sistemas que requieren una solución rápida, flexible y limpia.

Desde el punto de vista del mantenimiento, estos sistemas también ofrecen ventajas claras:

  • Menor intervención en obra: al no haber cableado, las revisiones se centran en el estado de los dispositivos y la calidad de la señal.
  • Diagnóstico avanzado por software: las centrales permiten verificar la comunicación de cada dispositivo inalámbrico, detectar interferencias o degradaciones en el enlace radio y comprobar la cobertura de la red mallada.
  • Alertas automáticas de batería baja: los equipos envían avisos anticipados cuando las baterías alcanzan un nivel bajo, permitiendo organizar el reemplazo antes de que el dispositivo quede inoperativo.

No obstante, la tecnología inalámbrica introduce nuevos retos. La gestión rigurosa del reemplazo de baterías es fundamental: su vida útil suele estar entre 3 y 5 años, y un olvido puede dejar una zona desprotegida. Además, deben realizarse comprobaciones periódicas del nivel de señal y la integridad del enlace radiofrecuencia, especialmente si ha habido cambios en la distribución del edificio que puedan afectar a la propagación de la señal (nuevas paredes, maquinaria, mobiliario metálico, etc.).

Algunos fabricantes han incorporado redes malladas que permiten que los dispositivos actúen como repetidores entre sí, aumentando la fiabilidad de la comunicación. Esto, unido al autodiagnóstico remoto, facilita la labor del mantenedor, aunque exige formación específica para interpretar correctamente las métricas de señal y planificar la reposición preventiva de baterías o dispositivos.

Detectores multisensor y detección por aspiración

Los detectores multisensor, que combinan diferentes tecnologías de detección (por ejemplo, sensores de humo y de temperatura, o incluso con monóxido de carbono) son cada vez más habituales en sistemas PCI avanzados. Al analizar varios fenómenos simultáneamente, reducen las falsas alarmas provocadas por partículas no relacionadas con el fuego (polvo, vapor, etc.) y ofrecen una detección más rápida y precisa en condiciones variables. Además, muchos de estos dispositivos permiten programar modos de funcionamiento según el horario (por ejemplo, mayor sensibilidad en horario nocturno), lo que requiere un conocimiento detallado por parte del mantenedor.

Por su parte, los sistemas de detección por aspiración son especialmente útiles en entornos críticos donde se requiere detectar incendios incipientes con antelación: centros de datos, archivos históricos, salas limpias o naves de gran altura. Estos equipos analizan muestras de aire aspiradas a través de una red de tuberías, lo que permite identificar la presencia de humo en fases muy tempranas. Su implantación en España ha ido en aumento en los últimos años, a pesar de su coste más elevado, porque ofrecen un nivel de protección superior en entornos sensibles.

Mantenimiento de detectores multisensor y por aspiración

El mantenimiento de estos sistemas es más exigente que el de los detectores puntuales tradicionales:

  • Limpieza de filtros: es esencial para mantener la sensibilidad del equipo y evitar falsas alarmas.
  • Pruebas de succión: comprobar que el caudal de aire en los sistemas de aspiración es el adecuado.
  • Reajuste de umbrales y calibración: garantizar que los valores de alarma y prealarma se corresponden con el riesgo del entorno.
  • Verificación de sensibilidad: confirmar que los sensores mantienen el nivel de respuesta exigido por la norma y el fabricante.

Estos sistemas requieren personal técnico con formación específica y el uso de equipamiento de diagnóstico especializado. Un mantenimiento deficiente puede comprometer su eficacia, por lo que es recomendable que los mantenedores se apoyen en procedimientos estandarizados y en herramientas de software que faciliten la trazabilidad de las revisiones.

Mantenimiento predictivo: del dato a la acción

El verdadero salto tecnológico no está solo en conectar dispositivos, sino en aprovechar los datos generados por esos sistemas. Los sistemas actuales permiten recopilar información en tiempo real de cada detector, módulo o central, creando una base de datos histórica que se puede analizar para tomar decisiones proactivas.

  • Identificación de patrones de fallo: por modelo, por entorno o por ubicación, lo que permite priorizar intervenciones antes de que se produzca un fallo grave.
  • Planificación de sustituciones: anticipar el recambio de componentes por desgaste, acumulación de suciedad o final de su vida útil en lugar de esperar a que fallen.
  • Ajuste de frecuencias de revisión: adaptar el calendario de mantenimiento a las condiciones reales de uso, optimizando recursos y garantizando la operatividad del sistema.
  • Análisis predictivo avanzado: combinar datos de múltiples instalaciones para prever incidencias y mejorar la fiabilidad general.

Este enfoque de mantenimiento predictivo basado en datos (big data) no solo reduce costes, sino que también incrementa la seguridad y la fiabilidad de los sistemas PCI, minimizando el riesgo de paradas inesperadas y reforzando el cumplimiento normativo.

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