Aunque estés al día con toda la normativa que afecta al mantenimiento PCI, eso no te exime de asumir riesgos legales si no gestionas correctamente lo que escapa a tu control: decisiones del cliente, fallos no reparados, documentación incompleta, o incluso interpretaciones erróneas de tus responsabilidades.
A continuación, repasamos los escenarios más comunes que pueden comprometer legalmente a una empresa mantenedora y cómo anticiparse para evitar sanciones, reclamaciones o problemas con aseguradoras.
Cuando detectas una anomalía grave durante una revisión (por ejemplo, un sistema fuera de servicio o un componente esencial averiado) y el cliente se niega a repararlo o lo pospone indefinidamente, tu empresa puede quedar expuesta si más adelante ocurre un incendio o una inspección que derive en sanción. Aunque no seas responsable directo del fallo, podrías ser señalado si no has documentado adecuadamente la situación y las advertencias realizadas.
Cómo protegerse:
En ocasiones, tras realizar una revisión o emitir un informe de incidencias, el cliente no firma el parte de actuación o simplemente no responde. Si no puedes acreditar que esa información le fue entregada o que rechazó una intervención propuesta, quedarás en una posición débil ante una posible reclamación, incluso si actuaste correctamente.
Cómo protegerse:
Estos sistemas no solo respaldan tu trabajo, sino que acreditan que el cliente fue debidamente informado y que la empresa cumplió con sus obligaciones.
Es habitual que algunos clientes interpreten que disponer de un contrato de mantenimiento implica que el sistema PCI está garantizado en cualquier circunstancia, aunque existan limitaciones técnicas, equipos obsoletos o zonas no incluidas en el alcance del servicio. Esta falta de comprensión puede generar conflictos si ocurre un fallo o una inspección y el cliente considera que la responsabilidad es del mantenedor.
Cómo protegerse:
Redacta un contrato de mantenimiento claro y detallado, en el que se especifique:
Una correcta redacción del contrato es clave para delimitar obligaciones y protegerte ante reclamaciones infundadas. Puedes ayudarte de nuestra guía completa: Cómo redactar un contrato de mantenimiento para PCI
Una revisión incompleta, la aplicación incorrecta de una norma UNE o la falta de formación técnica específica pueden dar lugar a errores que derivan en sanciones, pérdida de habilitación o incluso en reclamaciones por daños. Aunque sean fallos involuntarios, la empresa mantenedora es responsable de las actuaciones de su personal técnico.
Cómo protegerse:
Establece un protocolo de auditorías técnicas internas periódicas para supervisar la calidad y conformidad de las actuaciones.
En algunos casos, tras una revisión correcta, el cliente puede desactivar equipos, mover extintores, bloquear salidas o manipular componentes del sistema PCI, dejando la instalación en un estado no conforme. Si posteriormente ocurre una emergencia o inspección, la responsabilidad puede recaer sobre la empresa mantenedora si no ha dejado constancia de esas alteraciones.
Cómo protegerse:
Incluye advertencias explícitas en los informes y certificados, indicando que el funcionamiento correcto del sistema depende de su uso adecuado y mantenimiento conforme a lo indicado.
Aunque el RIPCI no exige expresamente disponer de un seguro de responsabilidad civil, algunas comunidades autónomas sí lo requieren como parte del proceso de inscripción o mantenimiento en el registro de empresas instaladoras o mantenedoras, especialmente cuando se trabaja en entornos industriales o con administraciones públicas. Además, puede darse el caso de que ciertos clientes lo exijan como requisito contractual.
Trabajar sin una póliza adecuada puede dejarte desprotegido ante reclamaciones por errores técnicos, defectos en el mantenimiento o inspecciones desfavorables. Incluso si actúas conforme a la normativa, puedes tener que afrontar costes legales o indemnizaciones si no estás cubierto.
Cómo protegerse:
Además, asegúrate de tener bien documentadas todas tus actuaciones, ya que la aseguradora podrá exigir evidencias en caso de siniestro.
Durante una inspección, auditoría o reclamación legal, es habitual que te soliciten documentación que acredite las actuaciones realizadas: certificados de mantenimiento, informes de incidencias, contratos firmados o listas de comprobación. Si no puedes aportarlos (o si están incompletos, desactualizados o mal archivados) puede parecer que no hiciste el trabajo, aunque sí se haya realizado correctamente.
Cómo protegerse:
Una buena gestión documental no solo protege legalmente a tu empresa, también refuerza tu profesionalidad frente a clientes e inspecciones.
Si ocurre un incendio en una instalación que tu empresa mantiene, puedes verte implicado aunque no seas obviamente el responsable del siniestro. El cliente, su aseguradora o incluso la administración pueden cuestionar si el sistema de protección contra incendios funcionaba correctamente, si las revisiones estaban al día o si se informó de deficiencias no subsanadas.
En este tipo de situaciones, la documentación técnica y las comunicaciones previas son fundamentales para demostrar que la empresa mantenedora actuó conforme a la normativa.
Cómo protegerse:
Cuanto más precisa y trazable sea tu documentación, más sólidas serán tus garantías legales ante una reclamación tras un incendio.
Conocer los riesgos legales a los que se enfrenta una empresa mantenedora de PCI es solo el primer paso. La clave está en implementar procedimientos claros, utilizar herramientas adecuadas y reforzar la trazabilidad de cada actuación.
Si ya cuentas con un sistema digital que te permita controlar informes, firmas, certificados y contratos con trazabilidad completa, estarás mucho mejor preparado para justificar tu trabajo ante inspecciones, auditorías o reclamaciones. Pero si aún trabajas con documentación dispersa, firmas en papel o plantillas poco seguras, estás asumiendo un riesgo innecesario. Si estás pensando en hacer el cambio a papel, te recomendamos nuestro artículo Del papel a lo digital: transforma tu operativa PCI sin errores.
Proteger legalmente tu empresa de mantenimiento PCI en 2025 empieza por tomar el control de tu documentación, de tus comunicaciones con el cliente y de tu operativa diaria.
Gestionar correctamente todas las obligaciones técnicas y legales del mantenimiento PCI no depende solo de hacer bien el trabajo: también exige documentarlo, comunicarlo y conservarlo de forma rigurosa. Cofrai está diseñado para ayudarte a cumplir con la normativa y proteger tu empresa ante cualquier situación comprometida.
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Además, Cofrai se actualiza con cada cambio normativo (como el RIPCI, el RSCIEI 2025 o la normativa Verifactu), para que no tengas que preocuparte por estar al día.
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