La recarga de un extintor consiste básicamente en rellenar el equipo con el agente extintor correspondiente, ya sea polvo, agua, CO2, espuma, etc. Esta tarea se realiza tras haber sido disparado el extintor parcialmente, utilizado en pruebas, o simplemente cuando durante las revisiones periódicas se detecte que ha perdido presión de carga. Es muy importante no confundir la recarga con el retimbrado, ya que éste último es una prueba hidráulica periódica del recipiente que se realiza cada 5 años para verificar su integridad física y capacidad de funcionamiento.
El RIPCI (RD 513/2017) establece las regulaciones relacionadas al mantenimiento de equipos y sistemas de protección contra incendios, incluyendo la revisión de los extintores dentro de las operaciones de mantenimiento de rutina.
Adicionalmente, este reglamento se complementa con las normas UNE, que desarrollan los procedimientos técnicos específicos, entre las que destacan la UNE 23120:2011 (mantenimiento de extintores portátiles), la UNE 23110:2009 (extintores móviles) y la UNE 23580-9:2022 (actas de mantenimiento de extintores). Todas ellas establecen los criterios técnicos, registros documentales y comprobaciones necesarias para garantizar que los extintores se mantienen en condiciones óptimas de seguridad y eficacia conforme a la normativa vigente en España.
Si bien no existe un certificado de recarga de extintor de por sí, el RIPCI y las normas UNE en su lugar establecen que la recarga de un extintor debe quedar registrada dentro del acta o certificado de mantenimiento general que emite la empresa mantenedora habilitada tras cada revisión.
Este registro debe reflejar que la recarga se ha realizado conforme a los procedimientos técnicos establecidos en la norma UNE 23120 y debe documentarse según el formato definido en la UNE 23580-9:2022, incluyendo como mínimo la siguiente información:
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La información consignada en el acta o certificado de mantenimiento respalda la calidad del servicio, permite verificar el cumplimiento del RIPCI y las normas UNE aplicables, y además constituye una evidencia esencial en caso de inspección, auditoría o incidente.
Registrar esta información es importante básicamente porque:
Si una recarga no queda debidamente documentada dentro del certificado de mantenimiento, puede considerarse un incumplimiento del RIPCI, ya que la normativa exige registrar las operaciones de mantenimiento, incluyendo las recargas de extintores.
Las posibles consecuencias incluyen:
Cuando una instalación sufra un siniestro, el haber registrado correctamente la recarga del extintor dentro del certificado de revisión, servirá como prueba de que el sistema estaba correctamente mantenido y operativo, lo que puede evitar que las aseguradoras declinen indemnizaciones por “mantenimiento deficiente” o negligencia, responsabilizando a la empresa mantenedora.
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El registrar las recargas de los extintores es un elemento clave dentro del mantenimiento PCI regulado por el RIPCI: no es opcional ni secundario, sino imprescindible para garantizar trazabilidad, seguridad y cumplimiento normativo. Emitirlo correctamente, con todos sus datos técnicos, firmas y anexos, no solo protege a la empresa mantenedora ante inspecciones o siniestros, sino que fortalece la confianza del dueño de la instalación.
En un entorno donde la documentación técnica y la trazabilidad normativa son tan esenciales como el propio mantenimiento, contar con una herramienta digital especializada marca la diferencia. Con Cofrai, tu empresa puede gestionar actas de mantenimiento, registrar recargas, controlar presiones y emitir certificados conforme al RIPCI y las normas UNE, todo desde una misma plataforma.
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