Los dispositivos visuales de alarma (VAD, por sus siglas en inglés) son señales luminosas, que se activan cuando se produce una alarma de incendio. Su función es alertar a las personas de una situación de emergencia mediante señales visuales, complementando a las señales sonoras tradicionales. Están especialmente indicados en entornos con ruido ambiental elevado, en presencia de personas con discapacidad auditiva o en lugares donde se requiere una señal redundante.
El uso de VAD se ha consolidado como un componente esencial en sistemas modernos de detección de incendios, tanto por criterios de accesibilidad como por exigencias normativas. Su incorporación está en claro crecimiento, según refleja el informe de Tecnifuego de 2024, que destaca un aumento de más del 200% en su implantación desde 2021.
El Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), aprobado por el Real Decreto 513/2017, establece en su Anexo I la obligatoriedad de instalar dispositivos visuales de alarma en los siguientes casos:
Por su parte, el Código Técnico de la Edificación (CTE) exige desde 2010 que los sistemas de alarma en edificios donde sea necesaria una evacuación deben incluir señales visuales, garantizando la accesibilidad universal.
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La norma UNE-EN 54-23 especifica los requisitos que deben cumplir los VAD para su comercialización y uso en Europa:
El RIPCI exige expresamente que los VAD cuenten con este marcado, garantizando su conformidad con la norma EN 54-23.
Aunque la obligación normativa lleva más de una década en vigor, muchos edificios en España no habían incorporado estos dispositivos hasta fechas recientes. El estudio de Tecnifuego 2024 refleja un crecimiento acelerado, impulsado por la mejora de la concienciación y la renovación de instalaciones conforme al RIPCI.
A pesar de ello, siguen existiendo resistencias por parte de algunos instaladores o propietarios que consideran innecesaria su incorporación. Sin embargo, los VAD son imprescindibles para garantizar una evacuación efectiva en entornos con ruido o con personas vulnerables. En otros países como EE. UU. o Reino Unido, su uso es prácticamente estándar en cualquier instalación pública.
La incorporación de VAD en los sistemas de detección obliga a los mantenedores a adaptar sus procedimientos de revisión:
La presencia de estos dispositivos incrementa ligeramente el tiempo de revisión, pero mejora sustancialmente la calidad de la alerta en caso de incendio. Además, en sistemas conectados, los VAD pueden formar parte de la supervisión remota, facilitando el mantenimiento predictivo.
Para garantizar el cumplimiento normativo y la eficacia de los VAD, las empresas mantenedoras deben:
El mantenimiento de estos dispositivos no solo es una obligación legal, sino una acción clave para proteger eficazmente a todas las personas ante una emergencia. En definitiva, los VAD han pasado de ser un elemento opcional a una parte esencial de cualquier sistema PCI bien diseñado y mantenido.
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